Pocas fechas del calendario me parecen tan hipócritas como el 2 de octubre.
Leo, en muchos de mis contactos de messenger, el tradicional: “no se olvida”; “no olvidamos”; “2 de octubre, no me olvido”; y demás perogrulladas que la conciencia y la corrección política impiden omitir.
Y no es necesario hacer statements en el nick de messenger para saber que la población no olvida. O más bien-por la edad de mis contactos-que no imaginamos o reconstruimos el 2 de octubre de 68. En la televisión, el radio, los diarios, nadie olvida. Aunque poc@s entendamos qué es lo que no podemos (debemos?) olvidar.
¿Será la represión? No creo, porque de esa hemos tenido más ejemplos, y de ninguno de ellos nos queremos acordar.
¿La movilización social? Tampoco, todos los días la veo y nadie pone en su nick: No olvidamos a los 400 pueblos, o a los maestros, o a-quien-sea-que-marche. ¿La estudiantil? Tampoco, porque no hacemos alarde de 1986 y 1999.
A mí me gustaría imaginar el 68 como la capacidad juvenil de irrumpir en el escenario político. Como la capacidad de remover las entrañas de los pactos sociales que sustentan al país. Como la capacidad de disentir, de convencer, de convocar. Y eso es algo que a nadie nos gusta recordar. Empezando por mí, que prefiero ver televisión antes que asistir a la junta vecinal para mejorar mi propio edificio.
Hoy, todo son recuentos de represión. Sadismo culpable al mirar las fotografías de lo que fue. Imaginaciones y remembranzas colectivas de lo que pudo ser.
¿Será que el mejor legado del 68 fue la desazón? ¿La sensación de que no se puede hacer nada? ¿La idea de que más vale permanecer en casa que salir a la plaza? ¿La resignación mediocre a que otros hagan lo que a nosotros nos da hueva hacer?
En algún lugar, Susan Sontag dice que la memoria debe ir acompañada de la acción. Tal vez ni lo diga y yo me lo inventé, pero me gusta pensar que así es. Y a la acción no la veo por ningún lado.
Por eso, más nos valdría no recordar. O, por lo menos, no hacer tanto alarde de nuestra memoria. Una memoria hueca. Una memoria de voyeur. Que sólo se masturba al mirar por el cerrojo, pero no se atreve a entrar.
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4 comments:
Mi estimado Villarino, creo que es bastante desatinada su columna del día de hoy. Creo que tus opiniones sobre los contactos del messenger es como pedirle peras al olmo. A qué me refiero? No creo que así escribas esta columna tampoco observando los nicks de tus contactos cada 1 de enero (en alusión a lo ocurrido en el 94), o que hayas visto qué comentaron el 19 de septiembre (recordando tambien lo que pasó en el 85).
Creo que la gran diferencia entre el 2 de octubre y fechas semejantes es que, por lo menos en mi opinión, son pocos los que realmente creen que nada pasó ese día y que el gobierno tuvo los tanates para darle cuello a una parte importante de una generación completa.
Haciendo uso de mis dos ejemplos, creo que el levantamiento armado del EZLN sigue dividiendo opiniones hoy en día, mientras que el despertar solidario de la Ciudad de México en el 85 es digno de compararse con lo ocurrido hoy hace 40 años, porque no cabe duda de que la sociedad superó a su gobierno en resolver un dilema de acción colectiva. Ahora, no sé cuantos habrán puesto ese día en su nick algo alusivo, pero creo que de ello, todos nosotros lo vivimos y lo recordamos.
Como siempre, tienes una puntería muy buena para generar polémica. Creo que mejor sigo leyendo el blog de las trendys.
Fe de erratas: Disculpen mi inglés malayo, quise decir trendies en lugar de trendys
A Villarino y a Carpy: zzzzzz
Si, mejor sigan leyendo a las Trendies, ellas escriben por lo menos cada semana
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