Wednesday, January 31, 2007

Two days before

For you,


Who is my friend, when all friends are gone
I'm talkin' 'bout you, I do mean you
Who is my friend, when all friends are gone
You always defend me, if I'm right or wrong
I'm talkin' 'bout you, I do mean you

Knows how to love me, in my way
I'm talkin' 'bout you, I do mean you
Knows how to love me, in my way
Who's always there, every night and day
I'm talkin' 'bout you, I do mean you

Who is the sugar in my tea
I'm talkin' 'bout you, I do mean you
Who is the sugar in my tea
When I'm in trouble, who sees by me
I'm talkin' 'bout you, I do mean you

Talkin' 'bout you,
I'm talkin' 'bout you
Talkin' 'bout you

Tuesday, January 30, 2007

Firmas

Una nueva amiga ha dicho hoy:

"me siento re-importante.... he firmado demasiadas cosas hoy"

Es demasiado para ella, pues en una semana ha adquirido un celular y una cuenta de banco por primera vez.

Recuerdo cuando yo me sentí re-importante por adquirir mi tarjeta Sears-kids. No recuerdo los detalles específicos, pero era una tarjeta de ahorro que al adquirirla y, posteriormente en cada visita, te regalaba una bolsa de palomitas. Nunca ahorré más de $10,000 (viejos pesos)... pero siempre quería ir a Sears.

En ese entonces era lindo, educado, y re-importante.

Monday, January 29, 2007

Entre el pudor y la desvergüenza


Hacía un buen tiempo que no acudía yo a un club deportivo. El Berimbau –un club en decadencia en lomas verdes- era mi única referencia, y en ese entonces tenía menos de 12 años, lo cual me obligaba a entrar a la zona de niños, donde sólo un adulto podía pasar para ayudarnos a bañar y vestir. Odiaba la natación, pero el karate me divertía y me dió un par de medallas (junto a una derrota vergonzosa).

Ahora, 15 años después, he regresado a un club. Ya no hago karate pero improviso con el squash y probaré la natación, además de ver las series gringas en las televisiones del gimnasio mientras hago esfuerzos súbitos por levantar insignificantes pesas.

Ya había olvidado algo que los clubes deportivos deberían anunciar en su publicidad: la posibilidad de admirar otros cuerpos en todo su esplendor. No me entienda mal, despreciable lector. No hablo aquí de los hombres y mujeres de cuerpos perfectos, esos se ven por doquier en anuncios o en vivo. Me refiero a la posibilidad de encontrarse con hombres panzones, con estrías en las nalgas y celulitis en la parte alta de las piernas, con las tetas caídas y el pene al descubierto.
¿Acaso nadie le ha informado a estos cincuentones que –desde hace varios siglos- usamos objetos para tapar la desnudez? ¿Que sus antepasados descubrieron el taparrabos? ¿Que en el amazonas utilizan cubrepenes para proteger sus miembros de posibles picaduras? ¿No hay alguien que les informe que ellos también pueden proteger su dignidad?

La semana pasada, al entrar a los vestidores, me topé con un par de estos individuos. Platicaban de cualquier cosa, y recibían a todo aquel que se disponía a darse una ducha con sus pieles rebosantes, su miembro colgante y una sonrisa.

En esta época de libertades absolutas, donde la censura es políticamente incorrecta sin importar su justificación, estoy dispuesto a pasar por mojigato o fascista o puritano. Pero si ud., despreciable lector, asiste a un club… por favor ¡Cubra su trasero!

Tuesday, January 23, 2007

Luto


Nunca he entendido el luto, tal vez porque no haya nada que entender en él o tal vez porque lo enfrenté muy pronto en la vida.

Hoy falleció Ryszard Kapuscinski. El autor del relato más fantástico que haya leído sobre África. Para variar, no he leído mucho de él (entiéndase por mucho, más de un libro) pero lo admiro -incluso a la distancia.

Y, por si alguien se lo preguntaba, el tipo de periodismo que hizo Kapuscinski es lo que más me gustaría hacer en la vida. Aunque mis relatos fueran una quincuagésima parte de buenos que los de él.

Para honrar su memoria compraré algún libro suyo.

Monday, January 22, 2007

Dios

Ya lo he dicho anteriormente: en este blog soy Dios. Y he aquí uno de los pasajes de la creación.


34 El día 22 de enero de 2007, dijo Dios: Remuévase el acento de la palabra "cómo", y así fue.
Y pasó la tarde y la noche del día 22 de enero de 2007.
Génesis 1:34

Friday, January 19, 2007

Estorbo


Ya he escrito antes aquí sobre la rudeza del tránsito en la Ciudad de México. Esta vez no fueron chacos, ni mazos, ni patadas, ni golpes. Fue un gis para automóvil.
Mi auto, perfectamente estacionado, a un lado de la banqueta, donde no había entrada para auto ni señal de no estacionarse... es un estorbo.

Friday, January 12, 2007

Thursday, January 11, 2007

Tsotsi

Además de ser la ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera de 2006, Tsotsi ha sido galardonada en múltiples festivales del mundo. Uno de estos premios llama la atención: El "Truly Moving Picture Award" otorgado por el Heartland Film Festival de Indianápolis.

Eso es lo que es Tsotsi, una película realmente conmovedora sobre la calidad humana.

Tsotsi es un maleante sudafricano con un corazón frío y una vida marcada por la violencia; uno más entre los miles de habitantes de los ghetos sudafricanos que eligen la violencia, el robo, y el pandillerismo como una forma de vida. Durante un robo de auto, roba accidentalmente al primogénito de una familia de clase alta sudafricana. Escapa con el bebé, lo esconde y comienza a preocuparse por la salud y alimentación del pequeño. Con las mismas formas de violencia y agresión, consigue que Miriam, una joven viuda, amamante y cuide al infante, mientras él se debate entre sus sentimientos hacia el niño y su estilo de vida desalmado.

Gavin Hood tiene el acierto de mostrarnos las diferencias socioeconómicas en la ciudad de Johannesburgo. De las construcciones monumentales a los cuartos de fibra de vidrio; del lujo y los sistemas electrónicos a la iluminación por medio de velas en los ghetos; de la seguridad con que el padre del niño exige a las autoridades su localización al abandono del que son sujetos los niños de clases bajas. Hood nos pone enfrente una sociedad polarizada, donde las armas y el temor son la regla. Una realidad que, al menos a mí, me suena familiar.

Más allá de la historia personal de Tsotsi, las penas por las que ha pasado, o el esfuerzo que hace por conservarse al lado del bebé, la película es conmovedora porque nos hace cuestionarnos si los chicos como Tsotsi, realmente eligen la violencia, el robo, y el pandillerismo como una forma de vida. Si realmente tienen la libertad de decidir, o si las condiciones son las que se imponen sobre ellos. Si al enfrentar su pasado pueden hacer algo para cambiar el presente. O si al hacerlo, no es ya demasiado tarde.

Tuesday, January 09, 2007

Condolencias Mr. Noodle

The news last Friday of the death of the ramen noodle guy surprised those of us who had never suspected that there was such an individual. It was easy to assume that instant noodle soup was a team invention, one of those depersonalized corporate miracles, like the Honda Civic, the Sony Walkman and Hello Kitty, that sprang from that ingenious consumer-product collective known as postwar Japan.

But no. Momofuku Ando, who died in Ikeda, near Osaka, at 96, was looking for cheap, decent food for the working class when he invented ramen noodles all by himself in 1958. His product — fried, dried and sold in little plastic-wrapped bricks or foam cups — turned the company he founded, Nissin Foods, into a global giant. According to the company’s Web site, instant ramen satisfies more than 100 million people a day. Aggregate servings of the company’s signature brand, Cup Noodles, reached 25 billion worldwide in 2006.

There are other versions of fast noodles. There is spaghetti in a can. It is sweetish and gloppy and a first cousin of dog food. Macaroni and cheese in a box is a convenience product requiring several inconvenient steps. You have to boil the macaroni, stir it to prevent sticking and determine through some previously obtained expertise when it is “done.” You must separate water from noodles using a specialized tool, a colander, and to complete the dish — such an insult — you have to measure and add the fatty deliciousness yourself, in the form of butter and milk that Kraft assumes you already have on hand. All that effort, plus the cleanup, is hardly worth it.

Ramen noodles, by contrast, are a dish of effortless purity. Like the egg, or tea, they attain a state of grace through a marriage with nothing but hot water. After three minutes in a yellow bath, the noodles soften. The pebbly peas and carrot chips turn practically lifelike. A near-weightless assemblage of plastic and foam is transformed into something any college student will recognize as food, for as little as 20 cents a serving.

There are some imperfections. The fragile cellophane around the ramen brick tends to open in a rush, spilling broken noodle bits around. The silver seasoning packet does not always tear open evenly, and bits of sodium essence can be trapped in the foil hollows, leaving you always to wonder whether the broth, rich and salty as it is, is as rich and salty as it could have been. The aggressively kinked noodles form an aesthetically pleasing nest in cup or bowl, but when slurped, their sharp bends spray droplets of broth that settle uncomfortably about the lips and leave dots on your computer screen.

But those are minor quibbles. Ramen noodles have earned Mr. Ando an eternal place in the pantheon of human progress. Teach a man to fish, and you feed him for a lifetime. Give him ramen noodles, and you don’t have to teach him anything.

LAWRENCE DOWNES (publicado en NYT hoy)

Mensaje (y lección) para la fanaticada

Advertencia liminar.

Este texto puede ser leído de dos formas: a) con humor, y b) con ardor.
Si ud. opta por la primera se reirá de su estupidez e ingenuidad.
Si ud. opta por la segunda, no volverá a leer este blog, o pondrá un comentario igualmente ardido.
De cualquier forma, remítase a la última línea de este post.


Estimado y despistado lector:

¿Acaso creyó usted que soy una especia de Big Brother, Erasmo Catarino o Yair, al que hay que apoyar en un reality show?

¿Acaso creyó usted que los pequeños cambios de humor (de los que todos somos presa) me llevarían a cancelar este blog creado para mi diversión?

¿Acaso creyó usted que los lectores realmente tienen poder sobre los que escribimos? ¿Que realmente nos importa su opinión?

Pues no.


Querido lector,

Por más que la tecnología nos haga pensar que lo que decimos tiene alguna importancia para alguien más; por más que los medios nos hagan pensar que tenemos alguna influencia sobre lo que se mantiene al aire, o sobre la vida de los blogs; por más que nuestra necesidad posmoderna de atención nos lleve a hacer llamadas o comentarios irrelevantes; por más que nuestros mentores nos hayan educado diciendo que todas las opiniones son válidas. Eso es una ingenuidad.

A mi, como a todo el que escribe, me vale madres lo que piense usted de mí. Mi blog sigue. Tan solo porque así lo deseo. En mi blog, soy Dios. Y Nietzsche se equivocaba. No he muerto.

Si usted me lee, bien. Si no, también. Si le gusta lo que escribo, bien. Si no, también.

No obstante, aprecio que, por primera vez, haya usted salido del closet (no en la acepción sexual, aunque también lo celebraría) y se haya atrevido a publicar aunque sea una línea.

También lo sé, soy arrogante y engreído. Pero, piénselo bien ¿puede usted hacer algo al respecto? ¿Escribirá una carta a blogger para que cancelen mi sitio? ¿Boicoteará mis escritos? ¿Dejará de visitar mi blog? ¿Se plantará en el segundo piso para impedir mi paso?

Al final, el consumidor no vale nada. El lector tampoco. Aunque nuestros tiempos digan lo contrario.

Leemos lo que otros quieren. Léame.

Wednesday, January 03, 2007

Look


Este blog tiene nuevo look.

No crea el despistado lector que tiene que ver con uno de esos desplantes femeninos en que por no-se-qué-endemoniada-razón debe haber cambios.

No soy una de esas personas que tienen la necesidad de cambiar el lugar de los muebles de su habitación. Ni que cambia de look cuando cambia de pareja, o de chamba, o de proyecto.

Parece que este blog comienza a perder sentido. O tal vez mi vida se va haciendo cada vez más aburrida. Como la típica vida de un burócrata de élite.

En fin, si a usted, despistado lector, despistada lectora, le entusiasma aunque sea mínimamente este blog. Haga el favor de hacérmelo saber con un comment y su nombre.

No crea que lo presiono, o lo chantajeo. Tal vez sólo necesito saber que alguien me lee. O tal vez sólo quiero saber quién me lee. O tal vez sólo son mamadas y ociosidades mías.

La meta es 15 comments. Si logro 15 comments, volveré a la escritura. (La foto es de Cartier-Bresson, magnumphotos.com)

Tuesday, January 02, 2007

2 de enero

Hoy es uno de esos días en que no me debí haber levantado. O mejor dicho; en que la cama no debió haberme escupido.

Me levanté tarde, llevo 5 horas perdiendo el tiempo, el trabajo no avanza, tengo hambre y sed, y estoy solo.

Buena forma de empezar el año. Al menos el laboral.

¿Qué más puede uno pedir?