Tuesday, December 11, 2007

La extraña legalidad

Leo -sin sorpresa- en el Financial Times que Conrad Black, un magnate de los medios de comunicación acusado de desviar recursos de la compañía que él mismo creó en los 90's: Hollinger International, fue sentenciado a seis años y medio de prisión por la juez Amy St Eve.

Dicha juez se dirigió al acusado de la siguiente forma: "No puedo entender como alguien de su estatura se pudo comprometer en conductas de la forma en que usted lo hizo y poner todo en riesgo." En este país, sentenció, nadie está por encima de la ley.

La semana pasada, en México, fue exculpado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación el gobernador de Puebla, Mario Marín. Después de haber ejercido todo el aparato del poder público en contra de una periodista. Después de haber sido evidenciado en televisión nacional. Después de las protestas de cientos de poblanos. Después del encubrimiento de Marín por su partido: el PRI.

Queda claro que en México, la complicidad está por encima de la ley.

¿Cuándo tendremos jueces como Amy St. Eve?

Tuesday, December 04, 2007

Convergencia

Para variar, por azares del googleo me topé hoy con esta lista de los 25 animales más raros del planeta. Destaca el Aye-aye, un animal espantoso que confirma que si Dios existe, puede llegar a tener muy mal gusto. Alguien debería comenzar una ONG que proteja a este animal. ¿Por qué no defiende Greenpeace a estos pequeños en lugar de los delfines o las belugas? La respuesta es simple: DISCRIMINACION.

Pero, no me distraigo. En esa misma lista encontré al Blobfish, que habita en las costas de Australia y Tasmania. Al ver la imagen, vino a mi mente (inmediatamente) un político priísta destacado que ahora dirije aquella honorable empresa pública mexicana.



La foto no es muy buena, pero quien lo conozca sabrá de lo que hablo.

Monday, December 03, 2007

El arte de perturbar

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, perturbar significa trastornar el orden y concierto, o la quietud y el sosiego de algo o de alguien. En la práctica, utilizamos esta palabra para referirnos generalmente a alguien con alguna inquietud sexual que consideramos "fuera de la norma" (whatever "la norma" means).

Como muchas otras, la palabra es abusada por nuestro lenguaje coloquial. Trastornar la quietud o el sosiego tiene un significado mucho más profundo que aquél que le otorgamos en la cotidianeidad.

Hace poco menos de un mes, a propósito de la exposición del "The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living" de Damien Hirst en el Moma, encontré en la red -por azares del googleo- la obra de un artista realmente perturbador. Su nombre es Hermann Nitsch y pertenece a un grupo de artistas radicales conocido como el Accionismo Vienés.

En el más puro estilo dionisíaco, el arte de Nitsch combina teatro, música y pintura en algo que se asemeja muchísimo a lo que nos podemos imaginar como los rituales religiosos antiguos. Según la wikipedia, desarrolló el concepto de la Orgen Mysterien Theater (Teatro de Orgías y Misterios), una especie de proyecto en el que sus ideas se fundían para dar lugar a “acciones” colectivas donde se exploraban de manera profunda y fiel las raíces y la fuerza del ritualismo antiguo, lo que ocasionaba que a veces se llevasen a cabo sacrificios a animales.

Su obra cumbre es la "acción" número 100 de 1998. Realizada en Prinzendorf, un castillo barroco con viñedos y trigales como fondo, la "acción" duró 6 días y noches. Aquí se mezcla algo que parecen rituales religiosos antiguos, con sangre animal (mucha sangre), vísceras, cuerpos desnudos, harta vid y música espeluznante. Una combinación tan repulsiva como atractiva. Al observarla, uno desea -por un lado- dejar de mirar; pero por otro, desearía uno estar ahí, ser partícipe de esa histeria colectiva, de ese rito dionisíaco de abandono de la razón, del éxtasis en su forma más perturbante.

Insisto en el abuso de la palabra perturbar; e insisto también, en que por primera vez la utilizo adecuadamente al decir que no he visto ni escuchado nada que se le iguale en mi corta vida.

El arte de perturbar de Nitsch es a la vez erótico, sublime y repulsivo.... pero no me crean a mí y juzguen por ustedes mismos.

Aquí un ejemplo de la obra antes mencionada. En el día 3: Día de Dionisio.

Friday, November 30, 2007

God is not great

Jajaja. Lo sabía. Christopher Hitchens tenía razón sobre esta mujer en su "The Missionary Position..."

Thursday, November 08, 2007

La libertad

Hoy me tomé la última pastilla para el reflujo.

Se acabaron los Melox, los Pepto Bismol, las Sal de uvas, las Ranitidinas, Pantozoles, Motiliums y Nexium-mups.

Después de más de 10 años, FUCK OFF!!!

Thursday, November 01, 2007

Citas al pie

Confieso que desde que era estudiante generé y alimenté una aberración especial por las citas al pie de página. Mis colegas, en un afán por legitimar sus "geniales" ideas (vomitadas sin meditación ni clemencia), atiborraban de citas y notas sus escritos de final de semestre. Los académicos, en un afán por demostrar su ilustrada educación, atiborran de citas sus papers supuestamente ilustradores.

Así, la estupidez se legitima con una simple nota al pie que diriga a un texto que nadie buscará para comprobar que el citador realmente haya entendido el argumento del citado. Mi aberración llegó a tal que pensé, en algún momento de mi desafortunada licenciatura, escribir un ensayo de final de semestre que únicamente tuviera una frase y todo lo demás se encontrara en una cita al pie de página... como es costumbre, no lo hice.

Hoy leo un texto de una bondadosa amiga. Y recuerdo la ansiedad que me hacían sentir mis colegas. Y recuerdo, también, que (para variar) gracias al Chuy me enteré que Anthony Grafton escribió ya la "Curiosa historia de las notas al pie de página". Entré al sitio de Amazon, pensando que tal vez, Grafton hubiera escrito su libro como yo esperaba escribir mi ensayo... pero no, él tampoco lo hizo.

Tan solo me queda, una cita del buen Julio que, como ya he dicho, fue compañero fiel de mi más temprana juventud: "Además, citar es citarse, ya lo han dicho y echo más de cuatro,con la diferencia de que los pedantes citan porque viste mucho, y los cronopios porque son terriblemente egoístas y quieren acaparar a sus amigos" (La vuelta al día en ochenta mundos)

Tuesday, October 30, 2007

La virgen

Para Nil, obviamente


"¿Has pensado alguna vez como es qe Mafalda terminó perdiendo su virginidad?

Posiblemente haya sido con Felipito, ¿no? El pobre chico seguramente se habrá venido en menos de un minuto, después de haber susurrado a Mafalda fantasías sucísimas involucrando al Llanero Solitario. Tras el fracaso, Mafalda habría discurrido en un monólogo feminista, haciendo qe el precoz Felipito se sonrojara hasta morir."
Tomo el texto de un divertido blog, en el cual recomiendo procastinar: Guso punto com

Monday, October 29, 2007

Holding the collective breath

El pasado 16 de octubre, el Nobel James Watson (co-descubridor de la hélice del ADN), se metió en problemas por hacer afirmaciones racistas que conmocionaron al mundo científico.
No hay cómo defenderlo, pues el anciano dijo:

"Western policies towards African countries are wrongly based on an assumption that black people are as clever as their white counterparts when "testing" suggested the contrary. "

Además,
"... claimed genes responsible for creating differences in human intelligence could be found within a decade."

El dicho de Watson es, a secas, una soberana pendejada (aquí el artículo de The Independent). Pero si quieren una refutación mas o menos científica a sus dichos, he aquí.

La "soberana pendejada" de Watson, me hizo pensar en otra persona ocurrente y para la cual es difícil cerrar la boca. Así, les presento mi propuesta de convergencia (al estilo de las convergencias de Guillermo, quien me ha llamado tonto -no sin razón.)




Termina el artículo de The Independent:

"To many in the scientific community, Watson has long been something of a wild man, and his colleagues tend to hold their collective breath whenever he veers from the script."

Pues resulta que Watson tiene toda una colección de "frases célebres":

"In 1997, he told a British newspaper that a woman should have the right to abort her unborn child if tests could determine it would be homosexual."

"He has also suggested a link between skin colour and sex drive, positing the theory that black people have higher libidos, and argued in favour of genetic screening and engineering on the basis that " stupidity" could one day be cured"

De Vicente Fox, no es necesario transcribir ninguna colección, pues están (valga la redundancia) en la memoria colectiva.

Nota al pie: La comunidad científica reprobó categóricamente las palabras de Watson, y lo más probable es que pierda su empleo actual. A Fox, ¿quien lo corre?

Thursday, October 25, 2007

Asumir las consecuencias

Mi madre siempre lo dijo (y dice):

"Alejandro, hay que asumir las consecuencias de nuestros actos"

... y heme aquí...

Las afortunadas

En un capítulo de Friends, Ross y Rachel (cuando son pareja) deciden hacer una lista de celebridades con las cuales podrían tener sexo "con la venia del otro".

A pesar de que me haré acreedor a un poco cordial reclamo, he decidido adelantarme con mi lista. No me pareció justo hacer sólo una, así que en realidad son 2:

NACIONAL
1. Fernanda Solórzano
2. Fernanda Solórzano (si, otra vez)
3. Irene Azuela
4. Cecilia Suárez
5. Ludwika Paleta

INTERNACIONAL
1. Natalie Portman (aquí iría Katie Holmes, pero... seamos realistas!!)
2. Kate Moss
3. Sidse Babett Knudsen
4. Monica Belluci
5. Jodie Foster

Thursday, October 18, 2007

Perdón por la melcocha, pero a veces me pongo así

De vuelta por el blog de la jocosa Paula Bourges un ingenioso post titulado "The calculus of saying "I love you" de Anna Gosline.

Esta vez les haré la chamba y lo transcribo.

"Two weekends ago I was visiting a dear friend in New England. She has just started a postdoctoral fellowship in Chemistry at an Ivy League University. She has also just started dating an engineering doctoral student at said ILU. They are very smitten. It was disgusting.
During one of their goodbye smooch sessions (while I was attempting to melt beneath the floorboards on my way out the door), my dear friend, let’s call her Judy, accidentally said “I love you” to the Engineer.

This was cause for great distress and she immediately “took it back.”
A few days later, consumed by the saying, taking back, and woefully lack of saying and taking back in return, Judy broached the subject with the Engineer (I was thankfully hanging out with my 21-year old cousin, who attends a nearby Liberal Arts University).

The Engineer, delightful and rational fellow that he is, made it clear that he would not be saying “I love you” until he was sure. Otherwise, he might waste this very important statement by saying it too early in the relationship, when his love was still growing rapidly, thereby taking away the significance in later weeks/months when his love was much, much greater.

Judy, obviously disappointed by this response, pressed and asked WHEN exactly that would be. His response: when dLove/dt = zero."


El artículo me recuerda algo que léi recientemente en el blog de el prometedor escritor (ya publica en Ciudad, del periódico Reforma) Guillermo Nuñez. Aquí su post sobre Expression Theory.

Tiene razón Guillermo, "es increíble como los analíticos le quitan la carnita a todo".

Y la carnita más sabrosa de la vida, es escuchar un vil e insignificante: Moi aussi.

Tuesday, October 16, 2007

Preguntas inocentes



Por azares del destino llego al jocoso blog de Paula Bourges-Waldegg quien escribió el pasado 12 de octubre 10 formas lícitas para perder el tiempo en la oficina.


Resalta, dentro de ese post, la liga a este sitio: Easy Mac Micro Maniac. Recomiendo que vaya usted, distraído lector, y husmee el sitio.

Ahí encontrará la respuesta a las interrogantes de su infancia relacionadas con el horno microondas. ¿Cuáles? Por ejemplo, ¿qué pasa si metes un cartón con huevos, o una bolsa de malvaviscos, o un jabón, o un jitomate, o unos crayones, o unas lucecitas de navidad al horno microondas?

Perdón, ¿acaso nadie se lo había preguntado?

La foto es de Ferdinando Scianna, 1987

Monday, October 15, 2007

Luz silenciosa

Releo en letras libres la entrevista que, en enero de 2004 le hiciera Vicente Molina Foix a Susan Sontag; 11 meses antes de su muerte. Regreso al texto, a propósito de una frase de Carlos Reygadas, publicada en su conversación con Fernanda Solórzano (Ohhh, Fernanda Solórzano) con motivo de su última película Stellet licht.

Lo que me recuerda a Sontag, es cuando FS le pregunta: ¿Para quién haces cine? y CR responde: "Para los espectadores que les guste mi cine. Se supone que las películas se hacen para el mayor número de espectadores posible. Yo no lo veo así."

En 2004, Sontag respondió: "No hay que quejarse diciendo "No es popular", o "La gente no lo va a entender". Haz tu trabajo de la mejor forma posible, y encontrará su público. Así es como lo veo, ya te dediques al cine, a la literatura o a lo que sea. Este lamento me parece absurdo. Si tu trabajo es bueno, encontrará su lugar." (El lamento al que se refiere, es el lloriqueo de los creadores no apreciados, quienes se quejan de no llenar las salas de cine durante meses o publicar libros que lean más de un millón de personas.)

Siempre es grato toparse con gente -del gremio que sea- que sepa quien es, qué quiere y cómo lo quiere y que, además, disfrute su quehacer.

Reygadas hace películas porque le gusta.
Dice: "Yo hago películas cien por ciento para el público, pero conforme a mi propio gusto y condiciones". Y, antes de su discusión con Solórzano (Ohhhh, Solórzano), "... me gusta filmar personas y lugares poderosos, porque así, aunque seas mediocre o la película te salga mal, por lo menos estás viendo algo interesante."

Reygadas me parece un cineasta intimista, silencioso. (alguien más lo ha dicho mejor que yo antes). Desde su estética hasta sus personajes. No es necesario gritar, para sentir dolor; y Reygadas lo entiende bien.

... Y lo filma mejor.

Thursday, October 11, 2007

216 tazas de baño



Gracias a Adriana Degetau (a quien no conozco, pero leo de vez en cuando) llego a este pequeño test que indica que la cantidad de gérmenes existentes en mi teclado, es equivalente a los que existen en 216 asientos de baño.

No es cualquier cosa, esto de los gérmenes. Pero tal vez no está tan mal. El dato no especifica si mi teclado es como 216 asientos de baño recién lavados, o recién usados, o apestosos, o manchados, o como el asiento de baño más sucio de Escocia filmado por Danny Boyle. Lo único que sé es que escribir este texto, es similar a pasar mis manos por 216 asientos de baño.

En realidad, creo que nunca he estado en 216 asientos de baño. Al menos -y de eso si estoy seguro- no me he sentado en 216. A lo mucho serán unos 30, pues antes no cagaba más que en el baño de mi casa (y en el de arriba, no en el de abajo... que era de uso exclusivo de mi madre).

A partir de ahora, no me preocuparé por tapizar con papel sanitario el asiento, ni por "hacer de aguilita"... total, los gérmenes ya están en mis manos. Qué mas da!

Wednesday, October 10, 2007

Please fly here at the speed of light

Gracias al Chuy llego a un texto de Oliver Sacks en el New Yorker. "The Abyss" relata la conmovedora historia de Clive Wearing, un hombre con una memoria de tan sólo unos segundos de duración, un devaneo entre el abismo de la amnesia y "las riendas que caen del cielo para sacarlo de él": su esposa y la música.

Clive no es capaz de mantener una conversación, pues olvida lo que escuchó o mencionó hace 5 segundos, tampoco puede saber cuáles son sus platillos favoritos o recordar una lectura o su pasado. Ni siquiera es consciente de no tener memoria. No es suficiente lo que pueda yo decir de Clive o del texto, es mejor remitirse a él directamente.

La memoria, una de mis obsesiones personales -literarias y no literarias- es, en palabras de Cortázar, una telaraña que teje una araña caprichosa, que decide arbitrariamente qué olvidar, qué recordar, qué reconstruir o qué inventar. Clive no puede hacer ninguna de las cuatro. Y eso es absolutamente desolador.

Breves extractos desgarradores del texto:

"Desperate to hold on to something, to gain some purchase, Clive started to keep a journal, first on scraps of paper, then in a notebook. But his journal entries consisted, essentially, of the statements “I am awake” or “I am conscious,” entered again and again every few minutes. He would write: “2:10 P.M: This time properly awake. . . . 2:14 P.M: this time finally awake. . . . 2:35 P.M: this time completely awake,” along with negations of these statements: “At 9:40 P.M. I awoke for the first time, despite my previous claims.” This in turn was crossed out, followed by “I was fully conscious at 10:35 P.M., and awake for the first time in many, many weeks.” This in turn was cancelled out by the next entry." (p.1)

Clive said at one point, “Can you imagine one night five years long? No dreaming, no waking, no touch, no taste, no smell, no sight, no sound, no hearing, nothing at all. It’s like being dead. I came to the conclusion that I was dead.” (p.2)

"The only times of feeling alive were when Deborah visited him. But the moment she left, he was desperate once again, and by the time she got home, ten or fifteen minutes later, she would find repeated messages from him on her answering machine: “Please come and see me, darling—it’s been ages since I’ve seen you. Please fly here at the speed of light.” (p.2)
"As Deborah put it: Clive was constantly surrounded by strangers in a strange place, with no knowledge of where he was or what had happened to him. To catch sight of me was always a massive relief—to know that he was not alone, that I still cared, that I loved him, that I was there. Clive was terrified all the time. But I was his life, I was his lifeline. Every time he saw me, he would run to me, fall on me, sobbing, clinging." (p.5)

Thursday, September 27, 2007

The Death Clock

La semana pasada vi una gran película sobre el ex-dictador de Uganda: Idi Amin.

En la película, el hasta ahora desconocido (al menos para mí) ex-dictador contrata a un doctor inglés y le dice que no tiene de qué preocuparse, pues él ha soñado ya su propia muerte y sabe bien el momento en que perecerá.

El dictador murió en Arabia Saudita, en 2003; y la película nos advierte que nadie sabe si murió como él esperaba... o la muerte lo sorprendió.

Tengo buenas noticias para el nada atento lector de este blog. Nosotros, los no-dictadores de una república africana, no necesitamos de sueños ni interpretaciones extrañas. Internet ha provisto para nosotros de un "Death Clock" que, tan sólo con unos simples datos mínimos de nuestra existencia, es capaz de predecir el día en que moriremos.

Yo moriré el 10 de marzo de 2055. A la edad de 74 años.

Monday, September 24, 2007

Monterroso

"Sé, como ustedes, que la mejor manera de acabar con las ideas ha sido siempre tratar de ponerlas en práctica. Dejen ustedes que el libro cumpla la natural función que le está encomendada sin desviaciones ni halagos. Si el César, con todo lo poderoso que es, y retomando su papel o papiro, quiere leer, que lea. ¿Quién podría impedírselo?"

"... la casi interminable enumeración de los males que desde el inicio de los tiempos aquejan a San Blas debido a la vesania de falsos gobernantes, a las inundaciones y a los caciques que semana a semana han hundido a nuestro Estado en la anarquía y el caos, lo dejan impertérrito, indiferente, sabiendo, como lo sabe por experiencia, que el principal enemigo de los poderosos, aunque oculto como todo lo falso y endeble, no es otro que su propio poder."

... antes de irnos a estudiar maestrías y doctorados, deberíamos leer a quienes realmente parecen entender la lógica del poder -en México o en San Blas. Dudo que, de otro modo, podamos hacer algo para cambiar la situación de San Blas.

O la de Méjico.

Saturday, September 22, 2007

La vida estéril

Hoy apareció en este blog un comment de alguien que no conozco. Por primera vez pasa eso. No sé si mis lectores (en caso que alguien, además de Nilbia, me lea) son mancos, o simplemente apáticos; pero nunca dejan comentarios. En fin...

Hoy reencontré uno de mis blogs favoritos. No conozco a Lorena Marrón, pero sus fotos me gustan. Y no sé qué me gusta más, si las fotos o los títulos -que siempre son acertados. Al respecto alguna vez discutí que los títulos en las obras de arte dificultan la percepción del observador. Pero ya me dí hueva.

Monday, September 17, 2007

3:58

4:34 a.m.
A: (Grita) Perdón!!!!... ya ven!!

4:33 a.m.
N: (Escribe) Solo si me pides perdón.

4:32 a.m.
A: (Responde por celular: Anda, ya vente a dormir conmigo).

4:31 a.m.
N: (Escribe un mensaje de celular: Eres un tonto, ahora ya no puedo dormir).

3:58 a.m.
N: (Se despierta, notablemente molesta. Al fondo se escucha un ruido muy escandaloso, como de algún aparato electrónico) ¿Acaso pusiste la lavadora a esta hora? ¿Qué hora es?
A: (Fingiendo) No sé.
N: ¿¿¿Qué hora es???
A: No sé. Mi celular está hasta la cómoda!!
N: (Se estira de la cama para tomar su teléfono y ver la hora)... Son las 4 de la mañana!!!!!
A: Es que puse la lavadora a esta hora, para que esté lista a las 8, cuando nos levantemos. Así nos podremos poner la ropa calientita!! No pensé que hiciera tanto ruido; ya ves que el técnico dijo que era muy silenciosa!!!!
N: Pero hace un ruido de la chingada!!!
A: Si, ya sé.
N: Pus párate y apágala!!!!
A: (Fingiendo) No sé cómo!
N: ¿Y qué se supone que haga?? Yo tampoco sé cómo se apaga!!
A: ¿Por qué no te vas a dormir al otro cuarto? Ahí hay puerta y cobijas. Si cierras la puerta, seguro ya no se escucha.
N: Ash!!!! Eres un tonto!!! (se levanta de la cama sumamente enojada, azota la puerta al salir y prende la luz del otro cuarto)
A: (Intenta dormir, dando vueltas en la cama. Se levanta y se dirije al baño, mira con odio y detenimiento la lavadora. La apaga y se vuelve a acostar. Permanece con los ojos abiertos y da un par de vueltas más.)

12:25 a.m.
(N. y A. se tapan con las cobijas. N apaga la luz y, después de unos minutos, se duermen.)

12:20 a.m.
A: ¿Qué hora es?
N: Las 12:20, ¿por?
A: Para programar la lavadora y que esté lista para mañana temprano, antes de que nos vayamos a la oficina.
N: Ah, ok. Tampoco la vayas a poner muy temprano y que nos despierte eh!!
A: No, para nada.


12:12 a.m.
N: Oye, ya son las 12, y estoy muerta... ya me voy a dormir.
A: OK. Ahorita voy yo también.

Friday, August 24, 2007

Esta semana

Grité. Curé un dedo herido. Nadé. Tomé el sol. Viajé al Amazonas y me atacó un tigre (Betito dixit). Jugué Wii. Hice el sexo. Llegué tardé a la oficina todos los días. Perdí el tiempo todos los días. Actualicé unas bases de datos todos los días. Chatié todos los días. Desayuné, comí y cené todos los días. Satisfice mis necesidades básicas de desalojo de toxinas todos los días. Me bañé todos los días. Me lavé los dientes. Jugué squash. Hice el sexo. Vi a mis amigos preparatorianos. Hice el sexo. Vi a mi familia. Me rasqué el brazo. Le puse gasolina al auto. Escuché la radio. Me miré en el espejo. Moví mi pierna constantemente en mi lugar y provoqué la molestia de mis colegas. Hablé por teléfono. Me asusté. Me indigné. Me ardí. Me enojé. Me tranquilicé. Escribí un mail colérico. Me tranquilicé de nuevo. Cociné. Escuché. Conecté un dispositivo de internet. Instalé una webcam. Mandé mensajes por celular. Bebí un jugo de manzana. Desayuné un taco de nopal. Actualicé mi bitácora.

... por si no podían vivir sin saber qué hice en la semana!

Wednesday, August 15, 2007

Lo que alguien debería escribir o hacer

Julián algún día me comentó de un sitio en internet donde la gente escribía ideas o historias que consideraba que alguien más debería de tomarse el tiempo de realizar o escribir. Desde que me lo comentó, he pensado en por lo menos una centena de esas. Y es bueno que exista ese sitio, porque de no ser así, las ideas -o historias- se olvidarían fácilmente (como a mí me ocurre).

En fin, si alguien tiene la dirección de ese sitio, agradeceré me lo comunique de inmediato.

Esto viene a mi mente, porque mi memoria es caprichosa. Pero también porque veo un documental de Richard Dawkins titulado "The enemies of Reason" en el que confronta lo que él llama "la epidemia moderna del pensamiento irracional y supersticioso"; encarnada en astrólogos, personas que se comunican con los muertos, lectores de la mente, individuos abducidos, adoradores de las piedras y homeópatas. Mención aparte merece su alegato contra el pensamiento religioso.

En dicho documental (del cual solo he visto algunos extractos) Dawkins se lanza contra la "industria multimillonaria de la astrología que empobrece nuestra cultura". El Chuy resalta un dato: la prensa inglesa dedica más espacio al horóscopo que a la ciencia.

Yo no sé si Dawkins tenga razón al decir que nuestra cultura se empobrece por esta bien llamada industría. Después de todo, el pensamiento irracional y supersticioso siempre ha estado presente, tanto en Occidente, como en Oriente, como en aquello que era difícil de dividir entre Oriente y Occidente.

Pero esto es solo la introducción a una de las historias que me gustaría que alguien con talento contara.

Tengo un amigo que fue contratado hace algunos años para traducir los horóscopos de una revista editada en inglés a un periódico mexicano. Dicho amigo, huevón por convicción, prefería inventar los horóscopos en lugar de demorarse en hacer traducciones fieles al texto anglosajón.

Cuando me lo contó, pensé en cuántas personas conozco que leen religiosa y disciplinadamente su horóscopo. Y cuántas de esas, sugestionan su vida a lo que leyeron por la mañana. También pensé en mi pasado cristiano, cuando leía por la mañana algún extracto bíblico y lo reflexionaba y pensaba que ese extracto me ayudaría a enfrentar las vivencias de ese día. Lo cual hacía de mi amigo una especie de Dios, o Mesías, para la gente que confía en el horóscopo. ¡Cuántas vidas podía afectar mi amigo con una simple frase como: Hoy no es un buen día para emprender negocios o relaciones amorosas! ¿Cuántos negocios o posibles parejas (o historias) podrían quedar en el camino por la ociosidad de un traductor.

En fin, me parecería una gran historia alguna que girara en torno a estos eventos azarosos y su impacto sobre nuestra irracional, supersticiosa, estúpida y endeble vida.

P.D. El experimento me llevó más tiempo del esperado, así que no desesperen.

Friday, August 03, 2007

Experimento

Hoy comienzo un experimento social.

De resultar, los resultados estarán listos el próximo viernes.

Suerte a mí.

Thursday, August 02, 2007

Pausa personal


Solo diré, con toda mi finura, y al compás de esta foto:

Te-ya-sabes-qué.

Feliz día,
A.V.

Tuesday, July 31, 2007

Médecins Sans Frontières

Médicos Sin Fronteras (pa los no-francoparlantes) es una asociación no gubernamental que surgió en Francia en 1971, con la excelente y políticamente correcta idea de que todos los seres humanos (sin importar olor, apariencia, escolaridad o poder adquisitivo) tenemos derecho a la asistencia médica.

Algo así como lo que el Grupo Ángeles hace en México, pero sin letritas chiquitas. ¿Cuáles? El mero hecho de respirar el aire aquí contenido, implica honorarios médicos.

De acuerdo a una búsqueda poco exhaustiva por la red, no existe dicha organización en nuestro país. Pero aquí no nos hacen falta. No porque no haya comunidades separadas de la mano de dios, o porque no haya necesidad, o porque haya servicios médicos pa echar pa arriba. No.

Aquí tenemos nuestras versiones clandestinas de médicos sin fronteras. No portan uniformes, ni son sofisticados, ni llegan a tanto como para regalarte los medicamentos; pero existen. Me explico:

El jueves pasado me comenzó a doler la garganta. Basado en experiencias previas compré el medicamento siempre recetado: Eskaflam. Las molestias continuaron y el viernes decidí llamar a mi médico (entiéndase mejor amiga, pero médico de profesión), quien se encontraba fuera del país y me recetó a larga distancia. Compre la medicina y no sentí mejora. Por tanto, Nil sugirió que comenzara a tomar lo que su madre suele recetarle a ella. Pacientemente respondí que prefería quedarme con la receta profesional.

El sábado, mi paciencia se agotó debido al malestar y accedí tomarme una pastilla de Masferol. Después de un par de esas y un sábado pésimo tirado en cama, mi madre sugirió comprar Vick y que Nil me diera el siempre bien ponderado "apapacho que alivia"; y para bajar la fiebre, un remedio casero: frotar alcohol en el cuerpo.

El domingo, aún severamente enfermo, la madre de Nilbia aconsejó cambiar de medicamento a Ambroxol y, por las noches, tomar Anti-flu Des.

Hoy, martes, llego a la oficina y mi nueva compañera me sugiere inyectarme una cosa llamada sinovit o algo así, combinado con no se qué cosa con olor a eucalipto. Por la tarde, en la farmacia, un colega recomienda el Tabcin 500, junto con no sé que otra cosa.

A las 6:59 parece que voy mejorando. Y, por si mi punto no ha quedado claro. La mayoría de las personas que me rodean supongo que pertenecen a esa organización clandestina de médicos sin fronteras. Todos me ven mal y se compadecen, me dan receta no escrita y me dan consejos para sentirme mejor. Todos (para mi sorpresa) conocen los nombres científicos de las sustancias activas y la mejor forma de combinarlas, así como los intervalos de tiempo en los cuales hay que tomarlas y todos -también- acreditan o desacreditan el diagnóstico anterior.

Yo lo único que sé, es que la mejor cura contra la gripa es el apapacho. Y así lo exigo. Y en las noches, ahora, me siento mejor.

Wednesday, June 27, 2007

Televisión para todas las edades

Los infomerciales son una de esas cosas raras que han producido la tecnología, la soledad y la necesidad de respuestas rápidas. Es decir, la vida moderna.
Me explico:

La tecnología ha hecho posible, no solo la televisión y el teléfono; sino la posibilidad de conjuntarlos al comprar vía telefónica algún producto del cual sólo podemos ver lo que el vendedor desea.

La soledad permite que la gente mire la televisión a altas horas de la noche, a tempranas de la madrugada o los sábados antes de mediodía (cuando los no-solos, acostumbran dormir, follar, o salir).

La necesidad de respuestas rápidas es producto de la velocidad a la que vivimos, donde buscamos eliminar costos de todo y hacer el menor esfuerzo para satisfacer nuestras necesidades o deseos. Ya sea un aparato electrodoméstico o un consejero para la vida.

En fin, no pretendo hacer aquí un análisis de la modernidad. Los infomerciales, sea cual sea su origen, están presentes todos los días en la televisión; en nuestras vidas. Nosostros los observamos. Nos dejamos seducir. Nos dejamos convencer. Y –si no fuera por un atisbo de prudencia- tendríamos un cúmulo de productos (maravillosos a la vista pero inservibles en la vida fuera de la televisión) debajo de la cama y una larga cuenta de cargos a la tarjeta de crédito.

Pero por más que despreciemos los infomerciales, a quienes los dirigen, y a quienes los ven; no podemos sino aceptar que alguna, al menos una, una sola vez, hemos visto ahí algún producto que parecía más tentador que la manzana del mito bíblico. Hemos tomado el teléfono. Marcado. Y por fortuna no han contestado.

¿Quién no recuerda los Eagle Eyes? ¿El piano que se desdobla y se pone en cualquier superficie? ¿La “uña de gato” de Andrés García? ¿O el Ki Motion y sus 5 minutos de máxima relajación? ¿Quién no se ha burlado del acento portugués de los pastores de “Pare de sufrir” (y los ha imitado)? ¿A quién no le ha parecido maravilloso poder cortar frutas y verduras, latas y clavos, en tan sólo unos segundos con los cuchillos Jinsu?

Recuerdo cuando comenzaba este tipo de publicidad. No sé qué año era, pero yo era un niño curioso aún. Mi madre, fanática obligada de la limpieza, vió un infomercial sobre un mechudo que se alargaba para “alcanzar aquellos rincones más difíciles de la casa”. MagicMop, creo que era su nombre. La Sra. Villarino, desconfiada de la tecnología (la desconfianza no ha desaparecido) tuvo que recurrir a la ayuda del menor de sus hijos para armarse de valor y hacer el pedido. En 3 semanas llegaría el MagicMop y la revolución de la limpieza al hogar. Pero el MagicMop nunca llegó (afortunadamente tampoco el cargo a la tarjeta)… y hoy mi madre sigue utilizando el mismo banquito de hace 18 años para limpiar “los rincones más difíciles del hogar”.

Mi segundo recuerdo es más reciente, pero también tiene relación con la Sra. Arenas (cambió el nombre después de más de 20 años de viudez). En diciembre pasado, cuando surgió la pregunta: ¿Qué regalaré a mi madre de Navidad?, nos encontrábamos Nil y yo en mi departamento mirando la televisión. (Por supuesto: un sábado por la mañana en que ni dormimos, ni follamos, ni salimos). Y apareció: como por arte de magia. El regalo perfecto. El Power Juicer de Jack Lalane. Mi madre, cuasi-reciente-vegetariana, afecta a los jugos de todos tipos, se volvería loca con este nuevo producto. Todo era perfecto… ¡Pero los estúpidos productores del infomercial nunca dijeron el precio!... Mi madre se tuvo que conformar con un vulgar teléfono celular.
Dado el fracaso rotundo con los productos domésticos, he optado por el Pare de sufrir. No sé si las vidas de los entrevistados realmente hayan sufrido transformaciones radicales. Pero lo que sí sé, es que escucharles es un remedio infalible para las noches de insomnio.


Thursday, June 21, 2007

Presiones sociales

Detesto que me presionen para actualizar esta bitácora. Pero, invariablemente, alguien pregunta: ¿Cuándo vas a escribir? o ¿Por qué no has escrito en tu blog?

He aquí la respuesta: Mi vida es aburrida. O tengo hueva. O tengo chamba. O simplemente no quiero escribir. O vaya usted y lea otros blogs.

Recomiendo: Mariana, Guillermo, Tinajero o una nueva grata sorpresa, Camila.

El chiste es: vaya usted a presionar a otra persona menos aburrida, huevona o con menos chamba.

P.D. Otra sorpresa: Augusto

Tuesday, June 12, 2007

Detesto

A los mosquitos de fruta.

Son mucho menos que una asquerosa mosca.
No hacen ruido como el mosco tradicional que pica por las noches.
Tampoco dan miedo como las abejas o las avispas.

... pero son molestos como ellos solos. Y además, siempre vienen en pareja.

Friday, June 01, 2007

Convergencia

Guillermo tiene una obsesión con las convergencias. No sé por qué no ha subido ninguna convergencia musical, tal vez porque esas se llama simplemente sampleos, covers, o influencias.

En fin, he aquí mi convergencia musical.
Primero, Bobby Darin con 'Mack The Knife', original de una ópera de Brecht.
Después, la audionovela de Rubén Blades y su "Pedro Navajas"
El ritmo cambia pero la progresión armónica es exactamente la misma.





Monday, May 28, 2007

Sobre la inseguridad

El sábado me convertí en una estadística más. Después de casi 26 años sin que me robaran en la Ciudad de México, ya me tocaba; y se llevaron el estereo de mi carro y casi toda mi colección de discos.

Es una imprudencia andar con tu colección de discos en el carro, pero como bien dijo una amiga, el auto es una extensión del hogar y por tanto es comprensible que uno tenga objetos de valor ahí.

Es extraña la sensación de haber sido sujeto de un robo. Es absurdo agradecer el simple hecho de no haber estado presente, que no hayan dado "cristalazo", que el robo haya sido mínimo o tener un trabajo que te permita volver a adquirir los bienes ultrajados. ¡Cómo si no se fuera una parte de la vida también!

Decir que lo que más duele de un robo es el valor sentimental de los objetos es de perogrullo. Pero vamos, hay objetos que valen la perogrullada: un disco, un libro, una prenda obsequiada son parte de nuestra vida; de la vida íntima, aquella que nadie debiera atreverse a mirar siquiera. Pero no, llega un bastardo cualquiera y se la lleva. Y nos deja solos, con el recuerdo en la memoria y el sentimiento de impotencia por creer que uno pudiese haberlo evitado.

Thursday, May 10, 2007

Humor involuntario

Hace algún tiempo leí un post muy bueno ("sobre la importancia de ser una dama muy respetable"; en el blog de Mariana.

Ahora, el administrador de mi condominio nos regaló una pieza de humor involuntario que no puedo dejar pasar. Aquí va:

A TODOS LOS CONDOMINIOS

POR MEDIO DE LA PRESENTE LES MENCIONO Y RECONOZCO QUE NO LE HE DADO EL TIEMPO QUE DEBERIA AL CONDOMINIO, Y QUE PUEDON ENTENDER SU MOLESTIA, PERO CUENTO CON UN EQUIPO EFICIENTE QUE ME APOYA PARA DESEMPEÑAR .LA SUPERVISION Y COBRANZA, EN ESTE CASO ES LUIS FERNANDO, YA QUE NO PUEDO VENIR MUY SEGUIDO POR OTROS COMPROMISOS DE TRABAJO, ENTIENDO QUE ME CONTRATARON A MI PERO, CUENTO CON UN EQUIPO DE TRABAJO QUE ME APOYA SIN QUE YO ESTE AQUÍ.

TALVEZ USTEDES PUEDEN PENSAR QUE NO SE HA HECHO NADA AQUÍ, PERO DESPUES DE 4 AÑOS CON LA MISMA CUOTA SE HA HECHO LO SUFICIENTE PARA NO DEJAR CAER EL CONDOMINIO.

DE CUALQUIER FORMA QUIERO PEDIRLES UNA OPORTUNIDAD Y COMPROMETERME A ESTAR MAS SEGUIDO Y AL PENDIENTE DE LAS NECESIDADES DEL CONDOMINIO.

DE ANTEMANO GRACIAS

ATENTAMENTE

SR. FRANCISCO LUCERO

Tuesday, May 08, 2007

Contra Tunick

Reproduzco aquí un texto de Álvaro Enrique publicado en el blog de la redacción de la que forma parte.
Hoy lunes la ciudad de México se volvió a despertar de buenas, lo cual es de por sí insólito, pero más si se considera que es la tercera mañana en que nos pasa en menos de un año.

El récord mundial de encuerados en el Zócalo le devolvió al DF la cara con la que, me parece, más le gusta verse: un gigante tolerante, diverso, alocado y poco entrometido, que pese a sus torpezas y miserias, prefiere no hostigar a quienes hasta hace poco estaban privados de ciertos derechos decisivos.

Todos de buenas: si eres gay puedes ir con el juez y establecer una unión civil; si eres mujer y decides interrumpir tu embarazo, tienes la protección de Estado para hacerlo en las condiciones correctas; si lo tuyo es encuerarte en el Zócalo en nombre del arte, vas y te encueras –aun si no llegaste a tiempo y te discriminaron por impuntual.

En general encuentro irritantes los trabajos de Tunick porque al volverse desafiantemente masivos han terminado por representar lo contrario de lo que pretendían originalmente: suponen la banalización del cuerpo –el último espacio de lo sagrado si el fuerte de uno no es ir al templo-, su masificación. Posar para Tunick es asumir la era Wal-Mart, convertirse a la religión del (mal) café de Starbucks, hacer de las partes nobles unas partes nacas. En fin: identificarse con un pollo de Bachoco.

Aun así, las sonrisotas con las que la gente se arrebataba los periódicos en el puesto de la esquina de la escuela (católica) de mi hijo, terminaron por desmentir la ya ni teórica representatividad de los ultras que ganaron un foro desproporcionado durante el momento álgido del debate en torno a la legalización del aborto: a los chilangos les importa un bledo que 18 mil gordos hagan de su culo un asterisco cuando un fotógrafo les pide que se hagan bolita.

Después de cinco meses

Foto de Herber List
¡Nueva crisis de identidad!



Monday, May 07, 2007

Los altibajos del pene


Es bien sabido que el periodismo en español más rescatable se publica en El País. El día de hoy, Lola Huete Machado publica un artículo titulado "Los altibajos del pene".
Recomiendo, no sólo su lectura, sino su comprensión... ¡Ah, y también la fotogalería!

Thursday, May 03, 2007

Mirar pasar la vida

Tengo síndrome de página en blanco y enojo por la falta de dictaminación de mi tesis; pero aqui va un pequeño intento:

Faffa's es una más de las recomendaciones de Julián. Un pequeño y acogedor restaurante de hamburguesas en la Condesa donde las mesas son llantas de camiones pintadas de verde, las sillas son de varilla de construcción y el arreglo es entre irreverente (con un anuncio de "prohibido pedorrearse" en la pared) y classy.

En Faffa's también venden cerveza extranjera a precios exhorbitantes, sirven unas papas cambray con una salsa picosita exquisita, y hamburguesas con nombres estrafalarios como Alain Delon, Elizabeth Taylor o Clint Eastwood. Supongo que es la versión (semi) fina del puesto clásico de tortas fuera del metro donde la "Gloria Trevi" lleva harta salchicha, chorizo y pierna -aunque no me queda clara la relación entre Clint Eastwood y una hamburguesa (pero eso se puede deber a mi falta de cultura internacional).

El dueño de Faffa's, un anciano aparentemente indiferente ante la vida, y su perro quien se pasea entre las mesas (siempre me asusta), acostumbran sentarse fuera del restaurante a, simplemente, mirar pasar la vida. Una frase curiosa ésta: mirar pasar la vida. Como si la vida fuera una mujer de pechos grandes que se pasea frente a nosotros o un anciano que camina trabajoso y no termina nunca de pasar.

Recuerdo que cerca de la casa de mi madre había un joven (que después se hizo señor) con alguna afectación cerebral. Jorgito -le llamaban- salía todos los días a la esquina de su calle, a mirar y saludar a los paseantes. Autos y peatones le conocíamos, le extendíamos la mano o le hacíamos una seña para saludarlo y él, cortesmente, respondía con un grito o un saludo. Jorgito era un chico temperamental, que a veces nos castigaba con su indiferencia. Muchas veces envidié su condición. Envidiaba la capacidad que tenía para mirar, sin hablar, sin gestualizar; Jorgito sólo miraba y se perdía en sí mismo.

En fin, el sábado Nilbia y yo comimos en Faffa's. Y, durante un largo rato, imitamos a Jorgito, al dueño de Faffa's y a su perro.

Que sensación tan placentera es mirar, simplemente mirar. No hacer nada, más que mirar. Mirar la vida ...Y si lo haces al lado de quien más quieres entonces deberías perderte, y no encontrarte jamás.

Wednesday, April 18, 2007

El Chuy

Mi admiración por la prosa de "El Chuy" (como Julián y yo nos referimos a un intelectual mexicano) es de sobra conocida. En su artículo de hoy, comparte su entendimiento a partir de una lectura de Salvador Elizondo con los lectores.
Resalto lo siguiente:
  • La pedantería -tan distante de la flatulencia- es una virtud. Es pedante quien "sabe lo que otros ignoran". Es que, si hacemos caso a la gestación griega de la palabra, el pedante es el cuidador, el trasmisor de la paideia.

  • Que el elogio auténtico es desmesurado.

  • Que la crítica consiste en separar lo deleznable de lo perfecto.

  • Que el ruido es, por lo menos desde el tiempo en que el látigo de los cocheros hostigaba a Schopenhauer, uno de los dolores más insoportables de la vida urbana.

  • Que uno de los libros secretos de Elizondo era un Diccionario de términos médicos de raíz griega. Los significados de las palabras le eran indiferentes. Los sonidos le parecían una delicia.

... Yo también debería leer a Elizondo.

Wednesday, March 28, 2007

Shortbus: la búsqueda de un consuelo

"Sex is certainly something to be afraid of, but not something that can be avoided"
Dan Savage

Nuestra generación es una generación orgasmocéntrica.

¡Ay de aquel hombre que sea incapaz de "darle" un orgasmo a su mujer! ¡Ay de aquella que no se deje llevar por sus sentidos y explote en los brazos de su amante! ¡Ay de aquella insensata que no sea capaz de sentir una infinita contracción vaginal que la libere de todos sus prejuicios y le dibuje una sonrisa permanente!

Uno de los productos de la liberación femenina fue la conciencia de que el orgasmo -femenino- es una obligación en toda relación sexual. El orgasmo, más que la interacción sexual, se ha convertido en la meta de toda "mujer plena" y de todo hombre que se precie de ser "buen amante". Así, no importan las caricias, las palabras, las miradas, los olores o los sentimientos. Si ella no "llega", él se siente mal. O, en una extensión del orgasmocentrismo, si no "llegan" al mismo tiempo los dos, entonces nada ha valido la pena.

Parece que, una vez derrumbados los grandes asideros (dios, la razón, el progreso), al hombre posmoderno lo único que le ha quedado es el sexo, o mejor dicho, el orgasmo. Sin orgasmo, sólo nos queda el desconsuelo.

Shortbus (John Cameron Mitchel, 2006) narra la historia de James y Jamie, una pareja homosexual que busca establecer una relación abierta; Sofía, una terapeuta sexual que nunca ha tenido un orgasmo; y Severin, una obtusa dominatrix incapaz de establecer relaciones significativas. Las tres historias confluyen en un bar llamado Shortbus donde abunda el sexo (explícito), y en menor medida la música y el arte.

Las tres historias deambulan en torno al desconsuelo: la mirada eternamente perdida de Jamie, la incomprensión de James sobre su nostalgia, la incapacidad de Sofía para sostener una relación agobiante y la congoja de las fotografías tomadas por Severin. En Shortbus, todos emprenden una infinita búsqueda de algo más que los haga irradiar un chispazo de luz. Todos nos recuerdan que, no importa cuánto se esfuercen otros por fungir de terapeutas o asesores nuestros; al final, el desconsuelo se vive en primera persona… como el orgasmo.


Eso es Shortbus: una travesía por el desconsuelo. El desconsuelo neoyorquino o mexicano, gay o heterosexual, da igual; desconsuelo al fin.

Wednesday, March 07, 2007

Carta a mis nietos

Queridos nietos,

Cuando su madre les diga que coman frutas y verduras, no es necesario que le hagan caso. Cuando les diga que ahí viene el coco, no es cierto. Cuando les amenace con que se harán viejitos si permanecen mucho tiempo en el agua, les está mintiendo. Más... cuando les prohiba limpiarse los oídos con cotonetes, palillos o cualquier otro objeto (que no sea agua y jabón); queridos nietos, ¡escuchen a su madre!
Yo no escuché a la mía cuando me lo decía, y escuchen lo que me pasó.


Recuerdo que un viernes de marzo del año 2007, cuando ustedes todavía no nacían y yo vivía en la colonia Escandón, estaba a punto de meterme a bañar. La llave del agua caliente ya estaba abierta y me limpiaba yo el oído derecho con un Q-tip cuando sonó mi teléfono celular. Era mi jefe, Ernesto. Se me había hecho tarde para ir a mi oficina en el IFE -donde trabajaba-, así es que corrí a contestar.

Como el teléfono había sonado ya un par de veces, pensé que colgarían y me lancé sobre la cama para alcanzarlo. Un segundo después, sin comprender por qué, tuve el dolor más fuerte que he experimentado en la vida. Insisto: no entendí por qué. Tan sólo sentí una punzada intensísima en el oído derecho. Cerré los ojos por instinto y me llevé las manos a la oreja en menos de 3 nanosegundos, para darme cuenta que tenía el cotonete dentro del oído. Estaba mareado, me dolía mucho y, también por instinto, saqué el cotonete ensangrentado. Lo aventé. Seguía con los ojos cerrados. No sabía dónde estaba. Me recosté con el oído hacia abajo y lo tapé con ambas manos. La sangre recorría mi oído interno y yo la podía sentir, incluso la polía oler. Abrí mis ojos para revisar mis manos y estaban limpias, pero al tocar mi oreja, mi dedó se pintó de rojo. Alguien me había dicho que uno sólo ve sangrar sus oídos cuando va a morir. Pero no me escandalicé. No era para tanto. Aunque tal vez, ese día, haya vencido a la muerte.

De pronto todo se aclaró. Me había clavado el cotonete. Me sentía el hombre más estúpido sobre la tierra. Tal vez lo era. Pero así suceden los accidentes. Un pequeño descuido, un "a-mi-no-me-pasan-esas-cosas". Y en el minuto después contemplas tu cuerpo desnudo, gimiendo, por culpa de un pequeño -y delgado- pedazo de plástico con algodón.

Ese día perdí el 40% de la audición de mi oído derecho, queridos. Y aunque todo volvió a la normalidad un par de meses despúes, es la fecha en que si veo un cotonete me sudan las manos y mi oído se reprime.

Tuesday, February 27, 2007

Anopheles Culicidae

12.27 a.m. Domingo por la noche. Apagas la televisión y te dispones a dormir después de un largo, largo día en que recorriste la ciudad un par de veces, jugaste con tus sobrinos, hiciste una mudanza y fuiste al cine. Estás realmente cansado. El calor te agota y hoy lo padeciste durante buena parte del día. Apagas la lámpara de pie, das media vuelta, te enredas en las cobijas y acomodas la almohada. Cierras los ojos sin darte cuenta y descansas.

De pronto sientes una presencia extraña. Alguien o algo está cerca y lo sientes. Aún estás dormido pero lo sientes. Te mueves un poco, das media vuelta y abres un poco los ojos. No hay nadie. Es sólo tu imaginación, o tu sueño. Cierras los ojos y continúas durmiendo.

No pasan ni 5 minutos cuando vuelves a sentir que alguien está ahí contigo. Como por instinto pretendes guardar silencio (aunque estás en silencio), y procuras tranquilizar tu respiración y los latidos del corazón para poder escucharle. Pero no hay nada. Es sólo una sensación. Estás absolutamente solo. Vuelves a cerrar los ojos, aunque nada es lo mismo y estás intranquilo.

Una vez reconciliado el sueño, vuelves a sentirle. Esta vez lo escuchas. Está justo arriba de tí. Duermes de lado y alcanzas a escucharlo justo arriba de tu oído. Te inquietas. Estás fastidiado. Te levantas y prendes la luz. Crees que el efecto ahuyentador de fantasmas y demonios de la luz de tu niñez continúa a los 25 años. Y tal vez lo tiene porque no le ves más. O tal vez se ha escondido en el armario. Tu cansancio te impide investigarlo. Te recuestas de nuevo pero ya no descansas. El sueño se ha ido, y permaneces solo, en la obscuridad, con los ojos abiertos, esperando que no aparezca jamás.

Pasan unos minutos. El sueño ha vuelto y te ha derrotado. No le has visto ni escuchado de nuevo pero sabes que está ahí. Haces todo lo posible por olvidarle, por perderte en tus sueños, pero no puedes. Aparece de nuevo y tú le escuchas. No lo ves, tan sólo lo escuchas; zizeante, molesto, amenazante. Pasa una, dos, tres veces encima de tí mientras intentas defenderte u ocultarte debajo de las cobijas. También le agredes, sueltas un par de golpes pero le sigues escuchando. Estás desesperado, son las 3:32 y mañana es día de trabajo. Te ocultas, te mueves, giras en la cama, tapas tus oídos; pero él no cede. Sigue ahí; te amenaza, juega contigo, se acerca tan sólo un poco para después alejarse, se mofa de tí. Y tú no puedes hacer nada, más que cubrirte y soltar manotazos a diestra y siniestra, hasta que te lastimas de un manotazo y te rindes.

Te despiertas a las 8:45. No sabes que pasó anoche. No sabes si lo aniquilaste; si venciste o te vencieron. Los rastros de la batalla están en tus manos. Ronchas rojas que has rascado constantemente, aún mientras dormías. Al final, el cansancio te permitió dormir y no tienes certeza del paradero de tu adversario...

Hasta que te miras en el espejo y ahí está. Aplastado. En tu cachete... el pinche mosco.

Saturday, February 17, 2007

Celos

Ya he escrito antes sobre la gente extraña que visita esta librería. Hoy toca el turno a una pareja, de enamorados -supongo-, o tal vez sean desenamorados, o hermanos o paseantes. Llegaron aquí hace 18 minutos (lo sé porque miré el reloj de la computadora en el instante que decidieron sentarse frente a mi).

Ella no es fea. No es ni gorda ni flaca aunque sus caderas rebasan la sujeción del pantalón. Es una de esas mujeres que uno se imagina llena de estrías. En las piernas, en los senos, en la espalda, hasta en el cuello. Su cabello no es ni rojo ni negro pero tiene algo de los dos. Su arreglo es grotesco. A pesar de sus nalgas inexistentes y la grosera redondez de su vientre, ha decidido vestir unos mallones rojos.

Él tampoco es un adonis. Su playera no tiene mangas y ha perdido el color por el uso y la lavandería. Viste un cinturón negro con picos de metal brillante y unos tenis que, por feos, asumo de gran precio.

Llevan 25 minutos aquí. Han notado mi presencia y mi mirada inquisitiva.

Ahora se besan. Se besan sin pudor, a lengüetazos y mordidas. Como yo nunca me atrevería a besar en público. Él besa su cuello. Ella le acaricia los delgados brazos y pasa su mano por su barriga.

Los vecinos se han marchado. No soportaron sus ruidos y risas. Pienso que tal vez lo hacen a propósito para incomodar a los compradores de libros y por eso no me levanto. Finjo concentrarme en mi trabajo. La pareja continúa, inmutable. Él se encuentra atravesado sobre el sillón y continúa besando su cuello. Ella abre los ojos y me mira. Bajo la mirada hacia mi pantalla. Tomo un par de hojas y releo varias veces la misma línea. Es un hecho que no me puedo concentrar. Levanto los ojos y ella continúa mirándome. El chico, Juan o Alberto o Ricardo o como se llame, no lo nota. Está concentrado en lo que hace. Besa su cuello, su oreja, su boca; dándome la espalda y sin notar que ella, Martha o Arcelia o Gladys o como se llame, me mira.

Vuelvo a retirar la mirada y me quedo con esa sensación extraña que uno siente cuando alguien más le mira. Estoy nervioso. Su mirada me inquieta pero me rehúso a cambiarme de lugar. Veo un guardia de seguridad a lo lejos e intento llamar su atención sin éxito mientras ellos elevan el tono de sus caricias. Ella ha introducido su mano en la bermuda de él. Él sujeta los senos de ella con firmeza y pellizca su pezón. El tiempo se detiene y parece que nadie más nota su presencia. Encuentro el primer inconveniente de este lugar apartado de los estantes y los paseantes. Suena mi celular. Hago un esfuerzo por elevar el volumen de mi voz para molestarles, pero su excitación les ha ensordecido. Continúan su encuentro. Temo que dentro de poco tiempo comiencen a despojarse de la ropa y se hagan el amor frente a mi. Entonces si me levantaría, pero sólo entonces.

Levanto mi mirada de nuevo. Ella no me mira más. Tiene los ojos cerrados y su cabeza dirigida al techo. El policía, por fín se acerca. Les dice algo en voz baja y ellos se levantan. Se dirijen a la salida. Ella se detiene. Se dirije al baño y voltea, me mira fijamente, me hace una seña. Él la mira desde la puerta de entrada y nota sus acciones. Me mira. Yo pretendo que no he visto nada, que no ha sido a mí, que no existo. El guardia le comenta algo y sonríe; hojea algunos libros mientras espera a su acompañante.

Pasan unos minutos y ella sale del baño. Me mira de nuevo y sonríe.

Friday, February 16, 2007

Dime la música que escuchas y te diré…

Decir que la música afecta nuestra vida es una perogrullada. Alguna vez leí —o ví en televisión— que si los niños hacen la tarea mientras escuchan la 9ª sinfonía de Beethoven, se concentran y aprenden más. Así como ese, supongo que deben existir cientos de documentos sobre la influencia de la música en nuestras vidas. Yo, con mi humildad acostumbrada, he hecho una investigación con resultados sorprendentes que pueden llevar a cambiar nuestro conocimiento sobre la conducta humana.

Como el despistado lector debe saber, el tránsito es una de las mayores preocupaciones de mi vida (la otra son los baños, la desnudez, la memoria y el poder). Debido a esta preocupación, una buena parte de mis pensamientos del día tienen relación con el tránsito, los transeúntes, los automovilistas y sus prácticas.

Mi experiencia personal dicta que mi forma de conducir depende de la música que escucho. Si escucho Metallica, Staind o Godsmack; conduzco más rápido de lo habitual y le prendo las luces al de adelante para que aumente la velocidad. Si escucho jazz o blues, mi manera de conducir es más bien calmada, cedo el paso a los peatones, no subo mucho la velocidad y soy amable con los demás automovilistas.

Pero, si escucho cumbias, entonces manejo dando enfrenones, mentando madres, violentando la ley de tránsito y me fastidia todo.

¿Alguien podría proponer como política pública prohibir a los microbuseros escuchar cumbias porque afectan su manera de conducir?

Wednesday, February 07, 2007

Happy b'day!


Este blog cumple un año. Celebremos!!!


Wednesday, January 31, 2007

Two days before

For you,


Who is my friend, when all friends are gone
I'm talkin' 'bout you, I do mean you
Who is my friend, when all friends are gone
You always defend me, if I'm right or wrong
I'm talkin' 'bout you, I do mean you

Knows how to love me, in my way
I'm talkin' 'bout you, I do mean you
Knows how to love me, in my way
Who's always there, every night and day
I'm talkin' 'bout you, I do mean you

Who is the sugar in my tea
I'm talkin' 'bout you, I do mean you
Who is the sugar in my tea
When I'm in trouble, who sees by me
I'm talkin' 'bout you, I do mean you

Talkin' 'bout you,
I'm talkin' 'bout you
Talkin' 'bout you

Tuesday, January 30, 2007

Firmas

Una nueva amiga ha dicho hoy:

"me siento re-importante.... he firmado demasiadas cosas hoy"

Es demasiado para ella, pues en una semana ha adquirido un celular y una cuenta de banco por primera vez.

Recuerdo cuando yo me sentí re-importante por adquirir mi tarjeta Sears-kids. No recuerdo los detalles específicos, pero era una tarjeta de ahorro que al adquirirla y, posteriormente en cada visita, te regalaba una bolsa de palomitas. Nunca ahorré más de $10,000 (viejos pesos)... pero siempre quería ir a Sears.

En ese entonces era lindo, educado, y re-importante.

Monday, January 29, 2007

Entre el pudor y la desvergüenza


Hacía un buen tiempo que no acudía yo a un club deportivo. El Berimbau –un club en decadencia en lomas verdes- era mi única referencia, y en ese entonces tenía menos de 12 años, lo cual me obligaba a entrar a la zona de niños, donde sólo un adulto podía pasar para ayudarnos a bañar y vestir. Odiaba la natación, pero el karate me divertía y me dió un par de medallas (junto a una derrota vergonzosa).

Ahora, 15 años después, he regresado a un club. Ya no hago karate pero improviso con el squash y probaré la natación, además de ver las series gringas en las televisiones del gimnasio mientras hago esfuerzos súbitos por levantar insignificantes pesas.

Ya había olvidado algo que los clubes deportivos deberían anunciar en su publicidad: la posibilidad de admirar otros cuerpos en todo su esplendor. No me entienda mal, despreciable lector. No hablo aquí de los hombres y mujeres de cuerpos perfectos, esos se ven por doquier en anuncios o en vivo. Me refiero a la posibilidad de encontrarse con hombres panzones, con estrías en las nalgas y celulitis en la parte alta de las piernas, con las tetas caídas y el pene al descubierto.
¿Acaso nadie le ha informado a estos cincuentones que –desde hace varios siglos- usamos objetos para tapar la desnudez? ¿Que sus antepasados descubrieron el taparrabos? ¿Que en el amazonas utilizan cubrepenes para proteger sus miembros de posibles picaduras? ¿No hay alguien que les informe que ellos también pueden proteger su dignidad?

La semana pasada, al entrar a los vestidores, me topé con un par de estos individuos. Platicaban de cualquier cosa, y recibían a todo aquel que se disponía a darse una ducha con sus pieles rebosantes, su miembro colgante y una sonrisa.

En esta época de libertades absolutas, donde la censura es políticamente incorrecta sin importar su justificación, estoy dispuesto a pasar por mojigato o fascista o puritano. Pero si ud., despreciable lector, asiste a un club… por favor ¡Cubra su trasero!

Tuesday, January 23, 2007

Luto


Nunca he entendido el luto, tal vez porque no haya nada que entender en él o tal vez porque lo enfrenté muy pronto en la vida.

Hoy falleció Ryszard Kapuscinski. El autor del relato más fantástico que haya leído sobre África. Para variar, no he leído mucho de él (entiéndase por mucho, más de un libro) pero lo admiro -incluso a la distancia.

Y, por si alguien se lo preguntaba, el tipo de periodismo que hizo Kapuscinski es lo que más me gustaría hacer en la vida. Aunque mis relatos fueran una quincuagésima parte de buenos que los de él.

Para honrar su memoria compraré algún libro suyo.

Monday, January 22, 2007

Dios

Ya lo he dicho anteriormente: en este blog soy Dios. Y he aquí uno de los pasajes de la creación.


34 El día 22 de enero de 2007, dijo Dios: Remuévase el acento de la palabra "cómo", y así fue.
Y pasó la tarde y la noche del día 22 de enero de 2007.
Génesis 1:34

Friday, January 19, 2007

Estorbo


Ya he escrito antes aquí sobre la rudeza del tránsito en la Ciudad de México. Esta vez no fueron chacos, ni mazos, ni patadas, ni golpes. Fue un gis para automóvil.
Mi auto, perfectamente estacionado, a un lado de la banqueta, donde no había entrada para auto ni señal de no estacionarse... es un estorbo.

Friday, January 12, 2007

Thursday, January 11, 2007

Tsotsi

Además de ser la ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera de 2006, Tsotsi ha sido galardonada en múltiples festivales del mundo. Uno de estos premios llama la atención: El "Truly Moving Picture Award" otorgado por el Heartland Film Festival de Indianápolis.

Eso es lo que es Tsotsi, una película realmente conmovedora sobre la calidad humana.

Tsotsi es un maleante sudafricano con un corazón frío y una vida marcada por la violencia; uno más entre los miles de habitantes de los ghetos sudafricanos que eligen la violencia, el robo, y el pandillerismo como una forma de vida. Durante un robo de auto, roba accidentalmente al primogénito de una familia de clase alta sudafricana. Escapa con el bebé, lo esconde y comienza a preocuparse por la salud y alimentación del pequeño. Con las mismas formas de violencia y agresión, consigue que Miriam, una joven viuda, amamante y cuide al infante, mientras él se debate entre sus sentimientos hacia el niño y su estilo de vida desalmado.

Gavin Hood tiene el acierto de mostrarnos las diferencias socioeconómicas en la ciudad de Johannesburgo. De las construcciones monumentales a los cuartos de fibra de vidrio; del lujo y los sistemas electrónicos a la iluminación por medio de velas en los ghetos; de la seguridad con que el padre del niño exige a las autoridades su localización al abandono del que son sujetos los niños de clases bajas. Hood nos pone enfrente una sociedad polarizada, donde las armas y el temor son la regla. Una realidad que, al menos a mí, me suena familiar.

Más allá de la historia personal de Tsotsi, las penas por las que ha pasado, o el esfuerzo que hace por conservarse al lado del bebé, la película es conmovedora porque nos hace cuestionarnos si los chicos como Tsotsi, realmente eligen la violencia, el robo, y el pandillerismo como una forma de vida. Si realmente tienen la libertad de decidir, o si las condiciones son las que se imponen sobre ellos. Si al enfrentar su pasado pueden hacer algo para cambiar el presente. O si al hacerlo, no es ya demasiado tarde.

Tuesday, January 09, 2007

Condolencias Mr. Noodle

The news last Friday of the death of the ramen noodle guy surprised those of us who had never suspected that there was such an individual. It was easy to assume that instant noodle soup was a team invention, one of those depersonalized corporate miracles, like the Honda Civic, the Sony Walkman and Hello Kitty, that sprang from that ingenious consumer-product collective known as postwar Japan.

But no. Momofuku Ando, who died in Ikeda, near Osaka, at 96, was looking for cheap, decent food for the working class when he invented ramen noodles all by himself in 1958. His product — fried, dried and sold in little plastic-wrapped bricks or foam cups — turned the company he founded, Nissin Foods, into a global giant. According to the company’s Web site, instant ramen satisfies more than 100 million people a day. Aggregate servings of the company’s signature brand, Cup Noodles, reached 25 billion worldwide in 2006.

There are other versions of fast noodles. There is spaghetti in a can. It is sweetish and gloppy and a first cousin of dog food. Macaroni and cheese in a box is a convenience product requiring several inconvenient steps. You have to boil the macaroni, stir it to prevent sticking and determine through some previously obtained expertise when it is “done.” You must separate water from noodles using a specialized tool, a colander, and to complete the dish — such an insult — you have to measure and add the fatty deliciousness yourself, in the form of butter and milk that Kraft assumes you already have on hand. All that effort, plus the cleanup, is hardly worth it.

Ramen noodles, by contrast, are a dish of effortless purity. Like the egg, or tea, they attain a state of grace through a marriage with nothing but hot water. After three minutes in a yellow bath, the noodles soften. The pebbly peas and carrot chips turn practically lifelike. A near-weightless assemblage of plastic and foam is transformed into something any college student will recognize as food, for as little as 20 cents a serving.

There are some imperfections. The fragile cellophane around the ramen brick tends to open in a rush, spilling broken noodle bits around. The silver seasoning packet does not always tear open evenly, and bits of sodium essence can be trapped in the foil hollows, leaving you always to wonder whether the broth, rich and salty as it is, is as rich and salty as it could have been. The aggressively kinked noodles form an aesthetically pleasing nest in cup or bowl, but when slurped, their sharp bends spray droplets of broth that settle uncomfortably about the lips and leave dots on your computer screen.

But those are minor quibbles. Ramen noodles have earned Mr. Ando an eternal place in the pantheon of human progress. Teach a man to fish, and you feed him for a lifetime. Give him ramen noodles, and you don’t have to teach him anything.

LAWRENCE DOWNES (publicado en NYT hoy)

Mensaje (y lección) para la fanaticada

Advertencia liminar.

Este texto puede ser leído de dos formas: a) con humor, y b) con ardor.
Si ud. opta por la primera se reirá de su estupidez e ingenuidad.
Si ud. opta por la segunda, no volverá a leer este blog, o pondrá un comentario igualmente ardido.
De cualquier forma, remítase a la última línea de este post.


Estimado y despistado lector:

¿Acaso creyó usted que soy una especia de Big Brother, Erasmo Catarino o Yair, al que hay que apoyar en un reality show?

¿Acaso creyó usted que los pequeños cambios de humor (de los que todos somos presa) me llevarían a cancelar este blog creado para mi diversión?

¿Acaso creyó usted que los lectores realmente tienen poder sobre los que escribimos? ¿Que realmente nos importa su opinión?

Pues no.


Querido lector,

Por más que la tecnología nos haga pensar que lo que decimos tiene alguna importancia para alguien más; por más que los medios nos hagan pensar que tenemos alguna influencia sobre lo que se mantiene al aire, o sobre la vida de los blogs; por más que nuestra necesidad posmoderna de atención nos lleve a hacer llamadas o comentarios irrelevantes; por más que nuestros mentores nos hayan educado diciendo que todas las opiniones son válidas. Eso es una ingenuidad.

A mi, como a todo el que escribe, me vale madres lo que piense usted de mí. Mi blog sigue. Tan solo porque así lo deseo. En mi blog, soy Dios. Y Nietzsche se equivocaba. No he muerto.

Si usted me lee, bien. Si no, también. Si le gusta lo que escribo, bien. Si no, también.

No obstante, aprecio que, por primera vez, haya usted salido del closet (no en la acepción sexual, aunque también lo celebraría) y se haya atrevido a publicar aunque sea una línea.

También lo sé, soy arrogante y engreído. Pero, piénselo bien ¿puede usted hacer algo al respecto? ¿Escribirá una carta a blogger para que cancelen mi sitio? ¿Boicoteará mis escritos? ¿Dejará de visitar mi blog? ¿Se plantará en el segundo piso para impedir mi paso?

Al final, el consumidor no vale nada. El lector tampoco. Aunque nuestros tiempos digan lo contrario.

Leemos lo que otros quieren. Léame.

Wednesday, January 03, 2007

Look


Este blog tiene nuevo look.

No crea el despistado lector que tiene que ver con uno de esos desplantes femeninos en que por no-se-qué-endemoniada-razón debe haber cambios.

No soy una de esas personas que tienen la necesidad de cambiar el lugar de los muebles de su habitación. Ni que cambia de look cuando cambia de pareja, o de chamba, o de proyecto.

Parece que este blog comienza a perder sentido. O tal vez mi vida se va haciendo cada vez más aburrida. Como la típica vida de un burócrata de élite.

En fin, si a usted, despistado lector, despistada lectora, le entusiasma aunque sea mínimamente este blog. Haga el favor de hacérmelo saber con un comment y su nombre.

No crea que lo presiono, o lo chantajeo. Tal vez sólo necesito saber que alguien me lee. O tal vez sólo quiero saber quién me lee. O tal vez sólo son mamadas y ociosidades mías.

La meta es 15 comments. Si logro 15 comments, volveré a la escritura. (La foto es de Cartier-Bresson, magnumphotos.com)

Tuesday, January 02, 2007

2 de enero

Hoy es uno de esos días en que no me debí haber levantado. O mejor dicho; en que la cama no debió haberme escupido.

Me levanté tarde, llevo 5 horas perdiendo el tiempo, el trabajo no avanza, tengo hambre y sed, y estoy solo.

Buena forma de empezar el año. Al menos el laboral.

¿Qué más puede uno pedir?