Hacía un buen tiempo que no acudía yo a un club deportivo. El Berimbau –un club en decadencia en lomas verdes- era mi única referencia, y en ese entonces tenía menos de 12 años, lo cual me obligaba a entrar a la zona de niños, donde sólo un adulto podía pasar para ayudarnos a bañar y vestir. Odiaba la natación, pero el karate me divertía y me dió un par de medallas (junto a una derrota vergonzosa).
Ahora, 15 años después, he regresado a un club. Ya no hago karate pero improviso con el squash y probaré la natación, además de ver las series gringas en las televisiones del gimnasio mientras hago esfuerzos súbitos por levantar insignificantes pesas.
Ya había olvidado algo que los clubes deportivos deberían anunciar en su publicidad: la posibilidad de admirar otros cuerpos en todo su esplendor. No me entienda mal, despreciable lector. No hablo aquí de los hombres y mujeres de cuerpos perfectos, esos se ven por doquier en anuncios o en vivo. Me refiero a la posibilidad de encontrarse con hombres panzones, con estrías en las nalgas y celulitis en la parte alta de las piernas, con las tetas caídas y el pene al descubierto.
Ahora, 15 años después, he regresado a un club. Ya no hago karate pero improviso con el squash y probaré la natación, además de ver las series gringas en las televisiones del gimnasio mientras hago esfuerzos súbitos por levantar insignificantes pesas.
Ya había olvidado algo que los clubes deportivos deberían anunciar en su publicidad: la posibilidad de admirar otros cuerpos en todo su esplendor. No me entienda mal, despreciable lector. No hablo aquí de los hombres y mujeres de cuerpos perfectos, esos se ven por doquier en anuncios o en vivo. Me refiero a la posibilidad de encontrarse con hombres panzones, con estrías en las nalgas y celulitis en la parte alta de las piernas, con las tetas caídas y el pene al descubierto.
¿Acaso nadie le ha informado a estos cincuentones que –desde hace varios siglos- usamos objetos para tapar la desnudez? ¿Que sus antepasados descubrieron el taparrabos? ¿Que en el amazonas utilizan cubrepenes para proteger sus miembros de posibles picaduras? ¿No hay alguien que les informe que ellos también pueden proteger su dignidad?
La semana pasada, al entrar a los vestidores, me topé con un par de estos individuos. Platicaban de cualquier cosa, y recibían a todo aquel que se disponía a darse una ducha con sus pieles rebosantes, su miembro colgante y una sonrisa.
En esta época de libertades absolutas, donde la censura es políticamente incorrecta sin importar su justificación, estoy dispuesto a pasar por mojigato o fascista o puritano. Pero si ud., despreciable lector, asiste a un club… por favor ¡Cubra su trasero!
La semana pasada, al entrar a los vestidores, me topé con un par de estos individuos. Platicaban de cualquier cosa, y recibían a todo aquel que se disponía a darse una ducha con sus pieles rebosantes, su miembro colgante y una sonrisa.
En esta época de libertades absolutas, donde la censura es políticamente incorrecta sin importar su justificación, estoy dispuesto a pasar por mojigato o fascista o puritano. Pero si ud., despreciable lector, asiste a un club… por favor ¡Cubra su trasero!
7 comments:
Mojigato a final de cuentas...
Estoy de acuerdo contigo, ¡que se cubran sus partes!, cuando yo voy al club acostumbro a cubrir las mías. Porque más que ser mogigato, soy mojigango... ja
o más bien mojiÑANGO.
Pues pasales una de tus "toallas". Ah no, igual y te putean!
Y es pior el de las viejas
Me gustaría que la foto de este post fuera sólo parte de la ficción homoerótica barata pero NO! Lo he visto con mis propios ojos. Desafortunadamente la "peer pressure" me afecta tanto a mí que ya a estas alturas, a una semana solamente de haber ingresado a un club deportivo, ya perdí todo pudor. Eso sí, jamás dejaré que alguien me ayude a enjabonarme mi espalda...
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