Resalto lo siguiente:
- La pedantería -tan distante de la flatulencia- es una virtud. Es pedante quien "sabe lo que otros ignoran". Es que, si hacemos caso a la gestación griega de la palabra, el pedante es el cuidador, el trasmisor de la paideia.
- Que el elogio auténtico es desmesurado.
- Que la crítica consiste en separar lo deleznable de lo perfecto.
- Que el ruido es, por lo menos desde el tiempo en que el látigo de los cocheros hostigaba a Schopenhauer, uno de los dolores más insoportables de la vida urbana.
- Que uno de los libros secretos de Elizondo era un Diccionario de términos médicos de raíz griega. Los significados de las palabras le eran indiferentes. Los sonidos le parecían una delicia.
... Yo también debería leer a Elizondo.
2 comments:
Deberías leerlo. Y actualizar tu blog, se está volviendo aburrido.
¡cacarooooo!, ¡cacarooooooooooooo!
¡ya escribe, caray!
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