Tuesday, October 07, 2008

Ya se que doy hueva

Leo una entrevista de Slajov Zizek transcrita en el blog de la redacción de Letras Libres.

Este hombre, como ya sabemos, es demasiado elaborado para una mente puberta como la mía. Pero dice algo que retumba en mi mente desde hace bastante tiempo.

Dice, en referencia al 68, en Praga:

"¿y si la intervención soviética fue una bendición disfrazada? ¿Acaso no nos permitió salvar el mito de que, sin la intervención de los soviéticos, hubiera florecido un auténtico socialismo democrático?"

y al 89, en Tiananmen:

"Imaginemos que los comunistas en el poder ceden a las demandas de los manifestantes. Es algo muy triste, pero si los manifestantes de Tiananmen hubieran tenido éxito, si el Partido Comunista permite reformas verdaderamente democráticas y demás, probablemente hubiera sido un caos en China. No, no estoy diciendo que hay que optar por las dictaduras ni que la mano dura sea la única solución. Sólo digo que nos dejemos de ilusiones reconfortantes."

y continúa, sobre la izquierda, en general:

"Creo que hoy en día la izquierda, con demasiada frecuencia, cae en ese juego. Creo que por eso le gusta perder." ... "Es decir, y a esto es a lo que se refiere implícitamente el título de mi charla, a esa cómoda posición de resistencia: no te metas con el poder, ese es el lema de la izquierda contemporánea. No juegues el juego el poder, el poder corrompe. Resiste, resiste, retírate y resiste desde una cómoda posición moralista. Encuentro esto muy triste."

Y lo encuentro profundamente cierto. Y, como él, igualmente triste.

Me da la sensación de que la izquierda, en México y en todos lados, se regodea en una superioridad moral basada en el fracaso. Por eso sus grandes momentos se basan en lo que pudo ser y no en lo que fue. Por eso fue tan difícil para los grandes intelectuales de izquierda asumir que el socialismo real se había salido de esa utopía moral. Por eso, hoy en día, se subestima la tercera vía británica. Por eso, en México, el 68 tiene ese halo de quimera nostálgica que no termina de gustarme.

Desafortunadamente, encuentro eco de las palabras de Zizek en la alternativa por la que voté en 2006. No juegan ese juego de poder, porque el poder corrompe. Aquí, y en Praga, y en China, y en Roma. Hoy y hace 40 años, y hace 400. Porque la denuncia es más sencilla y en la resistencia no hay forma de perder. O se perdió porque el otro hizo trampa. O el mundo no estaba preparado para los cambios. O la política no nos merece porque somos demasiado pulcros para ella.

1 comment:

Anonymous said...

El gran regreso! Vaya! A pesar de todo, me quedó con Praga.
adios, te queremos.
tus pocos fans.